20 may 2010
EL VUELO DE LA MARIPOSA
Es tu vuelo silencioso
una danza;
mezcolanza de ternura,
levedad y mimo.
Tu batir de alas,
un aplauso,
una alabanza, una caricia,
gracioso guiño.
Breve tu vida,
sumergida,
en frescas y lozanas corrientes.
Entes al paso
se embelesan
con el polvo de hada
que desprendes.
De las orugas, la reina,
no tienes veda,
tu metamorfosis evoca
un cambio de suerte.
Suerte que vives,
alas de seda,
despreocupada,
elegantemente.
Volando el camino,
cual soplo divino,
me alegro que pases
rozando mi frente.
Tú sin miedo y conmigo,
yo asombrada y contigo,
recorremos con mesura
senderos diferentes.
Simbolizas el alma
y el viaje que recorre
de vuelta al hogar.
Mariposa, que vuelas,
confiada y ligera:
¿De dónde vienes?
¿Hacia dónde vas?
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Son mariposas tus versos.. aleteo para el alma.. al leerlos..
ResponderEliminarUn gusto visitarte.
Un abrazo
Saludos fraternos..
PD: por problemas con el ordenador he estado ausente.. pido disculpas..
Adolfo: y tu respuesta es un poema, salpicado de tu aroma y delicadeza.
ResponderEliminarUn saludo.
Me gusta la humanización que se hace de la mariposa... ¿o es al revés? Antropomorfos todos.
ResponderEliminarWilliam, creo que es al revés... Tenemos mucho que aprender de la naturaleza y sus elementos. Es una escuela.
ResponderEliminarUn saludo.
En Sierra Espuña aletean ingrávidas, silenciosas, desconocedoras de su colorido, multitud de mariposas. Al abservarlas me acordé de tu poesía y me he sentido impulsado a volver por aquí a releerla, descubriendo la belleza de tus versos. Gracias, Rosa, por la riqueza que tienes en tu alma de poeta y que generosamente pones a nuestra disposición.
ResponderEliminarEstimado pilareño: Sierra Espuña tiene mucho encanto, pero no tanto como tu comentario.
ResponderEliminarEs un honor para mí que dejes tu amable huella en este blog, lugar concebido para distraer y compartir.
No hay nada que agradecerme, escribir aquí es para mí un auténtico placer.
Un cordial saludo.
Vuelvo a leer. Busco lo que más me seduce. Esta estrofa:
ResponderEliminarTú sin miedo y conmigo,
yo asombrada y contigo,
recorremos con mesura
senderos diferentes.
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Juego de imágenes bien logrado dentro del encabalgado ritmo de lo que escribes. Un abrazo.
Sí, William, debemos aprender de la naturaleza: los animales viven sin miedo. Cuando les llega el "final", dicen "adiós" con naturalidad, de una forma muy diferente a los humanos, quienes de todo hacemos un trauma.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Volando el camino,
ResponderEliminarcual soplo divino,
me alegro que pases
rozando mi frente.
Me alegro que pases por mi Blogg Bella Mariposa
agradezco tus palabras ...Mi Ciudad aun en Caos
tratando Todos unidos salir adelante , demaciada destruccion
Un Abrazo enorme , me quedo en Tu Blogg