Llegó al final del camino
con los zapatos gastados
de caminar por la Tierra.
Libres de roces y limo,
sólo el caucho rozado
de un intenso transitar.
Era el final de un ciclo,
el fin de un ciclo del alma
de un joven de pelo rizado.
El mismo que brazo en alto
nos dijo adiós sin palabras
y se dispuso a marchar.
Nadie entendía la urgencia
de su adiós prematuro.
Pero su alma asentía
porque sabía que era hora
de una nueva realidad.
Cuando no entendemos
el porqué o el motivo
de lo breve del tiempo
de los seres que se aman,
sólo cabe rendirse
con resignada humildad
a los designios del alma.
Alma sabia y hermosa
que siempre supiste
tras cada lágrima y beso,
el dónde, el cómo,
la causa, el porqué…
Tu meta es el regreso.
Su ilusión de vivir,
aspiraciones, esfuerzos,
todo el amor demostrado,
grabado ha sido como a fuego
en las mentes de aquellos
que con toda impotencia
susurramos “hasta, luego”
mientras lo veíamos partir.
Tampoco olvido ese sueño
donde vi claramente
sus zapatos gastados.
Libres de roces y limo,
sólo el caucho rozado
por su breve transitar.
con los zapatos gastados
de caminar por la Tierra.
Libres de roces y limo,
sólo el caucho rozado
de un intenso transitar.
Era el final de un ciclo,
el fin de un ciclo del alma
de un joven de pelo rizado.
El mismo que brazo en alto
nos dijo adiós sin palabras
y se dispuso a marchar.
Nadie entendía la urgencia
de su adiós prematuro.
Pero su alma asentía
porque sabía que era hora
de una nueva realidad.
Cuando no entendemos
el porqué o el motivo
de lo breve del tiempo
de los seres que se aman,
sólo cabe rendirse
con resignada humildad
a los designios del alma.
Alma sabia y hermosa
que siempre supiste
tras cada lágrima y beso,
el dónde, el cómo,
la causa, el porqué…
Tu meta es el regreso.
Su ilusión de vivir,
aspiraciones, esfuerzos,
todo el amor demostrado,
grabado ha sido como a fuego
en las mentes de aquellos
que con toda impotencia
susurramos “hasta, luego”
mientras lo veíamos partir.
Tampoco olvido ese sueño
donde vi claramente
sus zapatos gastados.
Libres de roces y limo,
sólo el caucho rozado
por su breve transitar.
Que hermoso, querida Rosa.
ResponderEliminarZapatos desgastados llenos de historias, despedidas que son encuentros con uno mismo, almas que se abrazan al separarse...
Un fuerte abrazo.
Sí, Javier: personas jóvenes que nos dejan porque su alma ha terminado un ciclo en la tierra y deben partir.
ResponderEliminarConsuela pensar que, al menos, han vivido la vida, han desgastados la "suela" de sus zapatos... Se han ido con las lecciones aprendidas.
Un abrazo sentido. Gracias por tu valiosa huella.
SOMOS
ResponderEliminarSomos..de un lugar donde
la luna ilumina tu andar,
donde el cielo se pierde en el mar.
Somos...de aquí y de allá.
Ramas de un mismo árbol.
Hojas doradas de otoño.
Miradas pérdidas en soledad.
Somos...caminantes de la vida
unidos por suspiros de distancia,
sedientos de libertad.
Somos...una mirada en la noche.
Montes azules de luna clara.
Rayos celestes de inmensidad.
Somos vida, somos viento,
luz y noche, día y silencio,
cielo y mar.
Somos...sueños de infinito.
Poemas naciendo en la noche
y...un andar.
Somos…
Un beso hecho aliento.
(Lamento mucho no haber visto tu invitación al MANIFIESTO POR LA SOLIDARIDAD. Aun no se manejar esto de los blogs pero todo se andará) un saludo princesa