Una estrella brillante
en la infinidad.
Más que un punto remoto
en evolución,
solitario y distante,
perdido en el cosmos,
adornando galaxias…
Una estrella lejana,
desconocida e inaccesible,
pero hermosa y gigante.
Una estrella refulgente
sin cariz ni nombre.
Fulgor sagrado
en el universo infinito.
Suspensa en la nada,
navega…
en la totalidad del tiempo,
del espacio
y de toda forma de materia.
Espléndida,
entre la energía y el impulso
y las leyes constantes
que la rodean y gobiernan.
En la atmósfera infinita
colmada de magia y misterio.
En el universo insondable
que luce siempre completo
por el resplandor titilante
de cada cuerpo celeste.
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