24 oct 2015

Perdóname por ir así buscándote... (Adaptación)

 
Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente 

dentro de ti.

Perdóname el dolor alguna vez.
La molestia de acogerme. La incertidumbre.

Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.

Ese que no viste y que yo veo,
nadadora por tu fondo, preciosísimo.

Y abrazarte...
elevarte a lo alto como reluce
en el árbol la luz última
que le ha entregado el sol.

Y entonces tú
me verás de otra forma, desde lo alto.

Llegaré a ti
al fin, como te quiero,
para ayudarte a pasar la página del pasado,
a poner, a tu lado, el mundo del revés...

Así, sin tensión ya en nuestros cuerpos,
ascendiendo...
te liberarás de todo dolor,
regresarás de ti
a ti mismo.

Y mi amor se sentirá fortalecido
con la nueva criatura que, en realidad,
ya eres.



Inspirado en el original: “La voz a ti debida” – 1933
Recogido en “Pedro Salinas – Poesías completas”


Adaptación: R.S.

20 oct 2015

LLUVIA



 

Templada lluvia
cayendo traviesa
sobre mí.

Pertinaz celestina
de abrazos furtivos.

Renovación.
Pureza.
Sencillez.

Maná viviente
arrojado del cielo.

Lluvia.

Despierta a su paso,
con su affaire cristalino,
el más tierno beso…
las emociones dormidas.

Lluvia.

Embriaguez de la tierra.
Dádiva de los vientos.
Prosperidad emergente.
Portadora de vida.

Rosa Sánchez 
(Unos sentimos la lluvia... Otros se mojan)

15 oct 2015

AUSENCIA


Desde la sombra profunda
de tu ausencia infinita
me adolezco de ti.

Te escribo.
No contestas.
 
Ausencia.
Ausencia de palabras.
Frío que entumece e hiela.

Ausencia es alejamiento,
no es olvido...
Pero es ausencia.
 
Le pregunto a mi alma
sobre la clave sonora
que tu atención subyugara...

Silencio.
No hay respuesta.

Bendigo al Dios que te ha hecho.
No sé cuál es tu subterfugio.
Eres la elipsis de un sueño.

Silencio,
mientras desnudo mi cuerpo
y siento cómo renace
la emoción somnolienta...

Silenciosa
como la flor de loto
que emerge hermosa y triunfante
 bendiciendo la tierra.

Silencio...
mientras se desnuda el alma,
mientras tu recuerdo me persigue
con ímpetu incesante.

Te busco.
Soledad en la mirada.
Nada.
Una sombra en el espejo.

Siento el frío de la calle
trepando por mis entrañas.
Y escarcha en el recuerdo.

Desconcierta perderte
entre el tumulto...
como se escurre el agua viva
entre los dedos.

No llegaste y ya te fuiste
precipitándome al averno
de tu risueño semblante
y tu herético silencio.
 
 
Rosa Sánchez